Los detenidos que permanecen en la Sala de Guarda y Custodia de la Policía del Estado Miranda
están siendo afectados por lo que se conoce como la “enfermedad del hambre” pues
nuevamente se ha registrado un caso de tuberculosis en uno de los detenidos que
permanece en Charallave, municipio Cristóbal Rojas.
La información fue confirmada por el director presidente
del referido organismo policial, comisario general Elisio Guzmán, quien indicó
que los aprehendidos están prácticamente “condenados a morir” por dicha
enfermedad infectocontagiosa y que en un año se han registrado tres afectados,
uno de los cuales murió días después que un tribunal lo dejara en libertad tras
dictarle una medida humanitaria.
“Esta semana corroboramos otro caso de tuberculosis dentro
de las celdas del Centro de Coordinación Policial Número 2, donde un privado de
libertad, de 33 años de edad, venía presentando malestares, por lo tanto fue
trasladado a un centro asistencial donde le realizaron los exámenes que
determinaron que la bacteria mycobacterium
está alojada en su cuerpo”, apuntó.
Además dijo que en la Policía del Estado Miranda no existen condiciones
para mantener por mucho tiempo a los detenidos, ya que “los que padecen esta
mortal enfermedad necesitan reposo, tener una alimentación sana y respirar aire
puro. ¿Cómo hace eso un privado de libertad en espacios que dejaron de ser
transitorios para volverse de estadia permanente?”, cuestionó.
Por la situación país, los aprehendidos que tienen
tuberculosis u otras patologías como epilepsia, colostomía, escabiosis, entre
otras, les es muy difícil conseguir y costear una alimentación adecuada, mucho
menos recibir los medicamentos que ayudarán a que sanen. Dicha situación ha
sido alertada por los familiares, quienes manifiestan que la escasez y los
elevados costos les impiden comprar lo que requieren sus seres queridos.
La autoridad policial enfatizó que en muchas oportunidades
los funcionarios hacen acciones humanitarias y han dejado de llevar el alimento
a su familia para costear la comida y medicinas de los privados de libertad. En
muchos casos se manifiesta la solidaridad entre los detenidos quienes comparten
la comida entre los que nos les llega nada, pero no siempre el alimento rinde
para todos, lo cual genera que estén lejos del peso adecuado y una optima salud.
“Nosotros no somos violadores de los Derechos Humanos
como quienes desvirtuaron su función en el Ministerio de Prisiones. Nos
preocupa la salud de cada detenido, pese a que se encuentren en los calabozos
por diferentes delitos que cometieron y aún esperan que las autoridades
penitenciarias permitan sus trasladados a una cárcel donde puedan terminar su
proceso judicial”, citó.
Asimismo, Comisario General alertó sobre el camino que
llevan los privados de libertad con enfermedades crónicas, puesto que todavía
no ha habido un pronunciamiento o acción inmediata por parte de los organismos
competentes.
“Los espacios de reclusión de la Policía del Estado Miranda
tienen 100 por ciento de hacinamiento y cada vez se manifiestan más
enfermedades, situación que ha ido degenerando la salud de quienes allí
permanecen. Mostramos nuestra inquietud y esfuerzo para que no
mueran, pero pareciera que el Gobierno Central, por la indiferencia que ha
mostrado, quiere ese trágico final para las personas que están tras las rejas”, concluyó.
Iapem
Prensa
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