martes, 19 de enero de 2016

Seguro mató a confianza y por descuido murió seguro



Son casos comunes que suceden aislados con el mismo fin; la pérdida física de invaluables y desafortunados seres humanos al servicio del bien común que, por una u otra razón, forman parte hoy de una lista escrita con tinta roja.

Caso 1 de tantos: Provisto para la faena, sale de su casa a cumplir con su deber. El beso en la mejilla de su hijo, la bendición de su madre tal vez, con el afecto de su conyugue y vianda en mano parte hacia el comando.

En el lugar se disponían las pautas inherentes al servicio del día. Hoy tocaba un punto de observación en la calle más transitada del sector donde y junto a su compañero harían lo propio.

No pasada más de hora y media en el servicio y con teléfono móvil en mano, mensajes e imágenes formaban parte de su letargo estacionario. Era simplemente un cono naranja junto a un hombre uniformado absorto a sus deberes asignados y al que se le unió su compañero. Risas, comentarios y una increíble concentración no les permitieron avistar al enemigo a tiempo.

Dos sujetos armados, en medio del tráfico, desenfundaron el odio y sin mediar… el punto de observación paso a ser observado por la perversidad. Causa de la muerte: DISTRACCIÓN.

Caso 2 de tantos: Recién cae la noche en la estación policial. La serenidad y el silencio eran los mejores compañeros después de un agitado día de jornada. Tres uniformados a lo sumo, provistos sólo de su armamento reglamentario se harían compañía mientras se ponían de acuerdo quién cumpliría el rol de “guardián del fuerte”.

Al convenir quien quedaría despierto mientras el resto dormía, la computadora hizo lo suyo, era más fácil tomar un teclado que un libro. Pero la noche caía pesada, y sí, con la calma que caracterizaba el lugar, el sueño venció al “guardián”, quién medio dormitaba sobre la silla de la entrada principal de la estación.

Un estruendoso y hueco sonido levantó con sobresalto a quienes intentaban recobrar con sueño horas de trabajo diurno y quienes cedieron al “guardián” la paz de su reposo.

Una granada fragmentaria sería detonada por el mal, no podían saber cómo y gracias a quién llegó allí porque no estaba en sus sueños y, al despertar, sólo el miedo estaba allí. Causa de la muerte: CONFIANZA.

Caso 3 de muchos otros: Fin de semana libre. Al fin en casa y en familia. Comida caliente, cariño y descanso. Qué más se puede pedir! Tal vez un paseo? No muy lejos, las finanzas no dan para mucho!  Es temprano, toma su moto y se acerca a la panadería por pan y un par de chucherías para su hija. Provisto con su billetera y el armamento “oculto” en su koala se dispone a salir de su casa ubicada en un sector no muy amigable aledaño a la ciudad.  

En la vía, es sorprendido por una pareja también en moto y con pistola en mano quienes lo obligan a pararse y entregarles el vehículo y sus pertenencias. Sin evaluar el riesgo posible y confiado de su pericia tras su entrenamiento, decide escapar del atolladero donde se veía envuelto, el mismo que estérilmente evade, ya que a escasos metros lo interceptan de nuevo, esta vez con más odio y retaliación por parte de quienes llevan la maldad en dos ruedas. Causa de la muerte: RESISTENCIA.

Casos estos, entre muchos otros, que forman parte del día a día del funcionario policial. Muchas veces vistos sin lupa. Donde la importancia de los valores, la responsabilidad, el apego, la preparación y la vocación deben prevalecer ante la abulia. Porque somos dueños y responsables de nuestros actos, estos que marcan nuestra vida, vida que debemos cuidar y defender.

NB

1 comentario:

  1. exelente ...debemos estar alerta y nunca olvidar el enemigo el delincuente que puede ser cualquiera y cualquier rostro ..hombre mujer o adolescentes ..todo representa una amenaza para el funcionario ..dejemos de pensar en distracciones y el servcio es para estar activo ..en casa sienpre nos esperan con mucho amor..

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