Ante la inactividad del Ministerio de Prisiones de atender los casos de
tuberculosis suscitados en las Salas de Guarda y Custodia de la Policía del
Estado Miranda, el cuerpo de seguridad regional ha velado por la salud de los
detenidos que padecen “la enfermedad del hambre”
Así
lo exclamó el director presidente del referido organismo policial, comisario
general Elisio Guzmán, quien informó que pese a no contar con los recursos para
atender médicamente a los aprehendidos, han tenido que tomar las medidas
necesarias para evitar que otros privados de libertad se contagien de la mortal
enfermedad.
“Tenemos
un detenido de nombre José Luis Albares Higuera, de 31 años de edad,
en los calabozos de Santa Teresa del Tuy, municipio Independencia. Desde hace
tres meses tiene tuberculosis, por lo que los funcionarios
tuvieron que aislarlo. Su estado de salud es bastante complicado, hay días en
los que mejora y otros en los que decae notablemente. Si nuestras celdas no son
adecuadas para que personas sanas pernocten durante un tiempo prolongado, mucho
menos lo son para detenidos con afecciones tan delicadas que pueden ocasionar
la muerte”, destacó.
La autoridad policial sostuvo que los efectivos de la Policía del Estado
Miranda, específicamente los del Ccpn5, donde está recluido Albares Higuera,
están haciendo una acción humanitaria con el aprehendido, pues en ocasiones han
costeado parte de su tratamiento y comida, debido a que los familiares se
desentendieron del caso. Además lo trasladan cada vez que lo necesita para que
reciba atención médica.
“Estamos advirtiendo que el camino que lleva este
detenido es el de la muerte, puesto que no tiene una buena nutrición, ni un buen
cuidado de sus familiares. Aún no hemos recibido un pronunciamiento con
respecto a este caso, por parte de los organismos competentes, solo está
nuestra preocupación y esfuerzo de que no muera, ni que nuestros policías y
otros privados de libertad contraigan la enfermedad”, indicó Guzmán.
Igualmente, declaró que los espacios de reclusión de
la Policía
del Estado Miranda tienen un 100% de hacinamiento y cada vez se manifiestan más
enfermedades como pérdida de peso, escabiosis, gripe, entre otras, que han ido
degenerando la salud de los recluidos.
“Para este hombre, lo que debieron ser 72 horas
dentro de la policía se convirtieron en 8 meses dentro de un lugar donde no
puede regenerarse, descansar adecuadamente y mucho menos comer, por la escasez
de alimentos. Es que nuestras celdas no fueron construidas para que por una
mala política de Estado, solo quien llega a los tribunales de Ejecución, luego
de cumplir con infinitos requerimientos,
tiene la esperanza de optar por el traslado a una cárcel del país. Estos
ejemplos dejan ver como la pésima administración de justicia puede terminar con
la vida de un venezolano”, concluyó.
Iapem
Prensa
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